Hoy os voy a hablar del esfuerzo que hacen los niños bolivianos todos los días para ir a la escuela. Para que sea más fácil, os voy a contar la historia de Filemón Mamani, un niño de 12 años. Filemón, vive en un pequeño pueblecito llamado Pacharaya situado en la falda de una montaña donde habita el cóndor. Las casas son de bloques de adobe y paja. Concretramente la de Filemón fue construida por su padre y sus tíos
Se dedican a cultivar la tierra y a cuidar sus rebaños de ovejas y llamas. Hablan el quechua pero en la escuela también hablan el castellano. La escuela más cercana está a dos horas de distancia, y Filemón va corriendo por el monte junto con niños y niñas de su comunidad.Aunque el camino es largo y no hay señales, nunca se pierden porque lo recorren todos los días. Lo que mas le gusta de clase es el recreo porque puede jugar con sus amigos al baloncesto y al trompo y su asignatura favorita es lengua y dibujo. De mayor le gustaría ser técnico agrícola para ayudar en la huerta.En su tiempo libre le gusta pasear por el monte tocando el charango. Su mayor deseo es ver el mar lo más parecido al mar es el titicaca.
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